Max tenía un padre que fumaba mucho y su madre le regaló una pipa para que dejara de fumar y la pipa era mágica porque lo hacía todo: hablaba, apagaba fuegos, volaba y más cosas...
Un día Max la enterró y su padre fue a buscarla y después volvió con ellos.
La pipa se tragaba al Sol, por Nacho López Campoy.
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